martes, 19 de octubre de 2010

El juego del ajedrez en el cine

Sin ser yo mismo un maestro el tema del ajedrez en el cine es de los más interesantes para mí, especialmente como en la película “buscando a Boby Fischer”
Donde un niño de unos ocho años empieza a demostrar su mucho talento para el juego Así como la reacción de los orgullosos padres y un sinfín de personajes; otros niños jugadores,familiares de jugadores,profesores etc. que me resultan particularmente familiares y queridos en la memoria.


Sin lugar a dudas personalmente considero al ajedrez el rey de los juegos y ningún otro juego se le puede comparar en belleza, historia y complejidad .Yo lo aprendí con siete u ocho años de mi padre y recuerdo que la grata sensación temprana de ganarle facilmente fue un paso decisivo hacia la pubertad y la necesaría emancipación mental del niño respecto a su padre.





La isla desnuda KANETO SHINDO 1961


La historia transcurre al este del Japón, en la zona que posee el paisaje más bello del país. Conretamente en una de las islas del lugar, en la que no hay espacio para más gente que para la familia que vive en ella, una pareja con sus dos hijos. La vida es austera allí, escasean el agua y los viveres;aunque a pesar de ello son felices. Pero, un día, la desgracia llega a la isla y hace que todo cambie para siempre en aquella familia todo menos su particular lucha en silencia contra los elementos de la naturaleza.
Este drama sin diálogos, en el que la imagen adopta el papel de narrador absoluto, expresa el sentimiento del silencio del campesino. La película se filmó con solo trece prersonas en el departamento de producción.

Un verano con Mónica (Ingmar Bergman, 1953)


Un verano con Mónica fue la segunda película en mi vida e incluso recuerdo los momentos antes y después de entrar en el desaparecido cine Castilla, donde pude verla entre los doce o trece años, a finales de los sesenta, por pura casualidad.




De todas las películas de esa época es la única que me enorgullezco de recordar. Las escenas eróticas eran fuertes para la época en España, pero recuerdo especialmente las escenas de presentación de la pareja, con la portentoso momento de la rotura de los platos y el posterior despido del joven protagonista.
Por supuesto no había oído hablar de Bergman y sus siempre excelentes películas, eso vendría mucho más tarde.



En blanco y negro, toda la película destila la belleza exótica de un verano en las costas de Suecia de una pareja en busca de caminos distintos y donde sólo uno es querido.